jueves, junio 19, 2008

Un segundo aire...


Hace mucho las cosas eran distintas. Las personas, las necesidades, las cosas que hacer. Incluso mis gustos eran distintos.

Las cosas han cambiando tanto. Ahora todo se mueve más rápido, no hay tiempo para soñar, no hay tiempo para viajar, no hay tiempo para hablar, solo queda tiempo para trabajar.

Recuerdo que tenía muchos amigos y lo mucho que me gustaba estar con ellos pero ahora todos ellos están ocupados. Muchos se casaron, otros están enfrascados en exitosos puestos en grandes empresas y otros más simplemente se perdieron en el tiempo.

Hoy entre tanta soledad, recuerdo todo lo que tenía y que olvidé de repnete al paso del tiempo, recuerdo a los amigos con los que tenía largas charlas y que ahora no están, recuerdo las cosas que tanto me gustaban y que ahora me parecen muy simples. Ya ni siquiera tengo el gusto por escribir.

Las cosas han cambiado tanto. El común encierro en la oficina me convierte cada vez mas en un zombi. Volteo y observo a mis compañeros de trabajo, serios enfrascados en sus computadoras. Muchos de ellos incluso se quedan en la misma silla todo el día y después del horario de salida. No hablan, se mueven lo mínimo. Parecen controlar todo desde ahí.

¿Donde se quedan los sueños? ¿Donde se quedan las ilusiones? Tal vez aun sea tiempo de recuperar algunas de ellas y evitar así ser un zombi más.

Algunos dicen que es la edad, otros dicen que es depresión, otros mas dicen que hay que hallarle el gusto a las cosas, sin embargo yo sigo sin entender cómo es que se le agarra el gusto a algo así. Incluso ni la hora de salida me entusiasma solo de pensar en el tráfico.

Extraño mis antiguas actividades, extraño esas épocas donde no había flojera, extraño mi casa, mis cosas, el no tener obligaciones y sobre todo a los amigos con los que tanto hablaba y que ahora he perdido de vista.

Algo me dejará todo esto, lo sé aunque lo único que tengo ahora es este trabajo de 12 horas, una paga que apenas alcanza para cubrir las necesidades diarias un amargo sabor de boca y en mis manos un montón de sueños olvidados, sumergidos en la flojera, estrés y oscuridad. me da miedo seguir voltendo y solo verme entre un monton de decepciones.

Tal vez necesito un respiro… solo agarrar un segundo aire…


Peyote Asesino.