lunes, enero 31, 2022

El reinado del miedo

 


Y de pronto, el mundo se detuvo. La gente dejó de ir de un lado a otro, dejo de salir a la calle, dejó de reunirse, el silencio invadió las calles y los centros comerciales lucían desiertos  De un momento a otro, todo tuvo que parar y todas aquellas cosas que antes nos parecían normales, sin más ni mas, dejaron de serlo. Algo llenó rápidamente todo ese espacio vacío. Algo que siempre ha estado ahí, pero que por costumbre nos acostumbramos a verlo como algo familiar, algo del diario...algo que es ya parte de la calle: El miedo. 

En muy poco tiempo el miedo reinó en el mundo y lo hizo con tal fuerza que se hizo presente en todo lo que hacíamos: en el comer, en él salir a comprar lo necesario,  al ir a trabajar, hasta al dormir. Ya no podías ver ni siquiera a aquellos que más amabas y si lo hacías ese mismo miedo hacia que no te les acercaras. Aquellos que se sentías fuertes en el mundo normal el encierro los consumió. Realmente fue el reinado del miedo. 

Aunque no todos tuvieron miedo. Como en todos los reinados, hubo un pequeño grupo de quienes emergieron a la par de este miedo. Aquellos que, en el mundo de antes, en el mundo "normal", nunca se sintieron identificados por no saber socializar, o por ser diferentes, o por ser tímidos o simplemente porque su condición no se los permitía. Esos dejaron por primera vez el miedo y empezaron a ser parte de algo, algo que, a través de medios alternativos de comunicación, como las redes sociales, encontraron una forma de hablar, de comunicarse, de expresarse, de ser parte de eso que veían de lejos y también por primera vez, se sintieron cómodos viviendo sin tener que tener contacto ni tener que ver a nadie. Fue una muy buena época para ellos, la mejor hasta ahora.

Para todos los demás el reinado del miedo fue su peor época. La muerte caminaba a diario por las calles.

Pero todo reinado tiene un inicio y tiene un fin y hoy ya no hay miedo. Y no quiere decir que el peligro ya haya pasado, no, es solo que se ha vuelto parte de nosotros. Ya no nos sorprende ver a la gente atiborrada a fuera de los hospitales, ya no nos sorprende ver las cifras de muertos, menos la de los contagiados, ya ni siquiera nos da miedo reunirnos o salir a pesar del riesgo. El miedo ha perecido y la gente ha regresado a sus actividades. Incluso ahora hay gente que confía mas en argumentos baratos y sin sentido que en la ciencia misma. Ahora solo sigue reinando la apatía el desencanto y la falta de misericordia.

Hemos regresado a la normalidad. La nueva normalidad.

Peyote Asesino.


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